La licorne, l’étoile et la lune

Lamarche-Ovize

Fotografía de M. Domage

14 de Octubre, 2025 - 8 de Marzo, 2026

La licorne, l’étoile et la lune

Comisariada por Rémy Provendier-Commenne

El Museo de la Caza y la Naturaleza de París dedica su exposición de otoño-invierno al dúo Florentine y Alexandre Lamarche-Ovize.

Bajo su creatividad, la sala de exposiciones temporales se transforma en un espacio inmersivo, a medio camino entre el paisaje y el hogar doméstico. Inventan una exposición para habitar.

Su presencia en el Museo de la Caza y la Naturaleza era evidente. Frecuentadores desde hace mucho tiempo de este lugar, que consideran una fuente de inspiración, encuentran aquí un terreno natural para su trabajo. Sus obras, muchas de ellas inéditas, dialogan estrechamente con las colecciones permanentes, que citan y reinterpretan a través de múltiples préstamos.

Un entorno interior a cielo abierto que, al pasear, invita al visitante a encontrarse con los diversos personajes de un bestiario compuesto por pavos reales, ciervos, búhos, ranas, gatos, etc.».

Este enfoque teatralizado marca el punto de partida de un proyecto más amplio, que se despliega a través de las diferentes plantas del museo. Concebida como una serie de homenajes y relecturas, la intervención artística se apodera de las paredes, el mobiliario y los tapices, utilizando la singular museografía del Museo de la Caza y la Naturaleza como un espacio doméstico que prolongar.

Entre obras inéditas creadas para el museo, préstamos y piezas emblemáticas de su trayectoria, Florentine y Alexandre Lamarche-Ovize juegan con las temáticas del museo, estableciendo un diálogo entre ornamento, retrato, estatuaria y trofeo.

Para esta exposición, construyen entornos inmersivos en los que cada sala se convierte en un microcosmos habitado por animales, figuras híbridas y formas abstractas. La exposición transporta al visitante a un universo poético en el que la imaginación se convierte en el lugar de encuentro entre humanos y no humanos.

Ampliamente inspirados por la época medieval y, en particular, por el Bestiaire dʼamour, obra en prosa de Richard de Fournival escrita hacia 1245, los artistas tejen relatos que cuestionan nuestra relación con
otras especies. ¿Cómo construir relaciones de alteridad basadas no en la dominación, sino en el respeto, la ayuda mutua y el afecto?

Entre las figuras que pueblan este universo simbólico, el motivo de la bruja —arquetipo de la marginalidad perseguida, a menudo vinculada a la naturaleza, a los animales, a las fuerzas lunares y femeninas— entra en la obra de los artistas. Esta figura, que evoca tanto el imaginario de la caza de brujas como el de los juicios de animales en la Edad Media, se inscribe en el bestiario de la exposición como un contrapunto crítico a las representaciones tradicionales del poder y la domesticación.

Textos

Fondation François sommer:

Dossier de prensa

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