El CAAC presenta la primera exposición individual en un museo de Cachito Vallés. El eterno presente está concebida como una suerte de posicionamiento, de intervalo y de emplazamiento, que aborda directamente, desde la experiencia, la idea estar, de pasar por el espacio, de atravesar el tiempo, de ser a través de la contemplación y la vivencia de habitar.
El título está tomado del ensayo de Byung-Chul Han La salvación de lo bello, en el que se relaciona la belleza con el tiempo, pues “lo bello invita a demorarse”, cuando se alcanza la “eternidad del presente”, cuando “la eternidad resplandece como una luz que se difunde por lo distinto”
Protagonizada por grandes instalaciones y articulada como una reflexión profunda entre el tiempo y sus variaciones, la muestra establece constantes conexiones entre lo científico y lo poético, una investigación que profundiza, a través de la materialización de las propias obras -y la experiencia que de ellas deriva- , en intangibles afines como la suspensión, latencia, presencia, intervalo o fugacidad.
Es una propuesta creada de manera integral, con un gran numero de obras realizada específicamente y terminadas directamente en las salas. Reúne piezas realizadas desde 2019, junto a once nuevas producciones, varias de gran formato.
Pensada para ofrecer una visión global de la producción de Cachito Vallés y para mostrar los temas principales de su pensamiento, parte de los cuestiones presentes en sus investigaciones anteriores para seguir evolucionando en su trayectoria, ligada a la experiencia tecnológica desde el sur.
El recorrido de las salas es libre y se ha planteado como un juego de simetrías: la sala inicial, dedicada a la pintura, encuentra su reflejo en la que ocupan las piezas tituladas Retícula, donde la “pintura” se transforma en instalación. A su vez, la gran pieza cilíndrica roja, Redshift, dialoga con la instalación de la sala opuesta, Solitude, que cierra el círculo de la exposicion. Entre esos extremos se despliegan obras que dibujan un recorrido casi especular, en el que el visitante puede circular con libertad y activar algunas de las piezas, estableciendo una conexión personal con ellas.

























